El bastidor de bordado es la herramienta más indispensable del bordado. Mantiene la tela tensa y lisa durante el proceso de bordado.

Para aprender a hacer tus propios bordados, necesitas aprender bien a utilizar un bastidor específico para bordar.

Paso 1. Elije un buen bastidor de bordado

Los bastidores más comunes son circulares y rectangulares, fabricados principalmente en madera o plástico.

Para proyectos pequeños y delicados, como monogramas o detalles en prendas, un bastidor de 10 a 15 cm de diámetro suele ser ideal.

Para trabajos de tamaño medio, como diseños para camisetas o toallas, considera un bastidor de 20 a 25 cm.

Los proyectos más grandes, como tapices o colchas, pueden requerir bastidores de 30 cm o más.

En cuanto al material, los bastidores de madera son clásicos y ofrecen un agarre firme, pero pueden ser más pesados.

Los bastidores de plástico son ligeros y a menudo más económicos, pero es mejor que elijas uno de buena calidad para evitar que se deforme con el uso.

Paso 2. Prepara la tela para el bastidor de bordado

Lava y plancha la tela si es nueva, ya que esto eliminará cualquier apresto de fábrica y prevendrá encogimientos futuros.

Si tu patrón lo requiere, marca el centro y las líneas guía de tu diseño en la tela.

Si trabajas con telas oscuras, usa tiza de sastre o marcadores de tela de colores claros.

Evita los lápices normales o bolígrafos, ya que pueden dejar marcas permanentes.

Paso 3. Coloca la tela en el bastidor de bordado

Separa las dos partes del bastidor: el aro interior (más pequeño) y el exterior (más grande).

Coloca la tela sobre el aro interior, fijándote de que el área donde bordarás esté centrada.

Ahora, presiona suavemente el aro exterior sobre el interior, atrapando la tela entre ambos. Hazlo de manera uniforme.

Paso 4. Ajusta la tensión en el bastidor de bordado

Afloja el tornillo o mecanismo de ajuste del bastidor. Luego, tira suavemente de los bordes de la tela en todas las direcciones, trabajando tu camino alrededor del bastidor.

La tela debe sentirse firme y resonar como un tambor cuando la golpeas suavemente con el dedo, pero no debe estar tan tensa que se deforme o pierda su forma natural.

Una vez que hayas logrado la tensión, aprieta el tornillo o mecanismo de ajuste. Hazlo de manera gradual y uniforme para mantener la tensión pareja en toda la superficie.

Para telas delicadas o elásticas, coloca una tira de fieltro o cinta de algodón alrededor del aro interior antes de montar la tela.

Paso 5. Comienza a bordar con el bastidor

Siéntate en una silla cómoda con buena iluminación, preferiblemente luz natural o una lámpara de bordado especializada.

Sostén el bastidor con tu mano no dominante, apoyándolo ligeramente contra tu cuerpo o sobre una mesa.

Mantén los dedos alejados del área de trabajo para evitar manchas o enganches accidentales.

Tu mano dominante se encargará de manejar la aguja y el hilo.

Gira ocasionalmente el bastidor para acceder fácilmente a diferentes áreas de tu diseño.

Al bordar, mantén una tensión constante en el hilo. Demasiada tensión puede fruncir la tela, mientras que muy poca puede resultar en puntadas flojas.

Paso 6. Mantén la tensión de la tela en el bastidor de bordado

Revisa la tensión de la tela regularmente, especialmente después de períodos prolongados de trabajo o cuando cambies a una nueva sección del diseño.

Si notas en cualquier momento que la tela se ha aflojado, reajusta.

Paso 7. Finaliza el proyecto de bordado

Retira la tela del bastidor con cuidado. Afloja el tornillo o mecanismo de ajuste gradualmente para liberar la tensión de manera uniforme.

Separa primero el aro exterior y luego separa suavemente la tela del aro interior.

Si notas marcas del bastidor en la tela, no te alarmes. Estas marcas, conocidas como «hoop burn«, son comunes, especialmente en proyectos que han estado en el bastidor durante mucho tiempo.

En la mayoría de los casos, estas marcas desaparecerán con un ligero planchado. Para telas delicadas, usa un paño húmedo y planchar por el revés.

Paso 8. Guarda el bastidor de bordado

Límpialo después de cada uso con un paño seco para eliminar pelusas o residuos de hilo.

Si el bastidor es de madera, puedes frotarlo ocasionalmente con un poco de cera de abeja para mantener la madera hidratada y prevenir astillas.

Si el batidor es de plástico, evita exponerlos a temperaturas extremas, ya que se deformarán o se volverán quebradizos con el tiempo.

Guarda tu bastidor en un lugar seco y alejado de la luz directa del sol cuando no lo estés usando.

Si tienes varios bastidores, considera almacenarlos colgados o en posición vertical para evitar que se deformen.