El trefilado es una técnica básica en la orfebrería que permite transformar barras y alambres gruesos de metal en hilos más finos y delicados.

Es la base de la creación de anillos. Si quieres crear los tuyos propios con la orfebrería artesanal, necesitas aprender a trefilar.

Paso 1. Organiza las herramientas para trefilar

Para comenzar con el trefilado, necesitas la hilera, una placa de metal duro generalmente acero o carburo de tungsteno, con orificios de diferentes tamaños y formas.

Puedes fabricar tus propias hileras aprendiendo a fundir metales por ti mismo.

Como instrumentos, un banco de trefilar robusto para sujetar la hilera, alicates de buena calidad, pinzas de precisión, y un lubricante específico para trefilado.

Paso 2. Prepara los metales para trefilar

Haz el recocido del metal. Consiste en calentar el metal hasta que se ponga al rojo vivo y luego enfriarlo lentamente. Lo volverá moldeable.

Después del recocido, limpia el metal para eliminar óxidos e impurezas en un baño en una solución ácida suave o utilizando un cepillo de alambre fino.

Paso 3. Haz el proceso de trefilado

Selecciona el orificio de la hilera que sea aproximadamente un 15% más pequeño que el diámetro actual del alambre.

Aplica lubricante generosamente al alambre y a la entrada del orificio. Afila la punta del alambre para facilitar su inserción.

Utiliza alicates robustos, tira del alambre a través del orificio con un movimiento firme y constante.

Mantén un ángulo de 90 grados entre el alambre y la hilera para evitar deformaciones.

Recuece el metal cada pocas pasadas para evitar que se vuelva demasiado duro y quebradizo.

Repite este proceso, pasando el alambre por orificios progresivamente más pequeños. Entre cada pasada, limpia y relubrica el alambre.

Paso 4. Aprende técnicas avanzadas para trefilar

El trefilado de formas especiales como cuadrados, triángulos o estrellas requiere hileras específicas y una técnica refinada.

Otra técnica avanzada es el trefilado de precisión para joyería de alta gama, donde se busca una consistencia perfecta en el diámetro del alambre.

Fíjate en la velocidad de trefilado: demasiado rápido puede causar calentamiento y daños al metal, mientras que demasiado lento puede resultar en un acabado irregular.