Las sierras de diamante son herramientas usadas para cortar piedras y otros materiales duros. Son resistentes y tiene mucha impresión.

En el proceso de cómo hacer joyería de piedra pulida desde cero, contar con una sierra de diamante para los materiales más duros es la mejor opción.

Paso 1. Prepárate antes del corte

Inspecciona la sierra de diamante para verificar que esté en perfectas condiciones y que la hoja esté correctamente instalada y ajustada.

Limpia y organiza el área de trabajo para eliminar cualquier obstrucción que pueda interferir con el proceso de corte.

Ten a mano un equipo de protección personal: gafas de seguridad para proteger tus ojos, guantes para evitar cortes y abrasiones, y protección auditiva para reducir el impacto del ruido.

Paso 2. Elije la hoja de corte para la sierra de diamante

Para materiales más duros, es preferible una hoja segmentada con un alto contenido de diamante, que facilita la refrigeración y reduce el desgaste.

Para piedras más blandas, una hoja continua con menos diamante será suficiente y proporcionará un corte más suave.

Paso 3. Configura la sierra de diamante

Ajusta la velocidad de la sierra según el tipo de piedra y la hoja que estás utilizando.

Asegúrate de que la piedra esté firmemente sujeta en su lugar utilizando abrazaderas o un soporte adecuado.

Verifica que el sistema de refrigeración de la sierra esté funcionando correctamente para mantener la hoja fresca y lubricada.

Paso 4. Haz las técnicas de corte de sierra de diamante

Deja que la sierra haga el trabajo, guiándola suavemente a lo largo de la línea de corte.

Realiza cortes en varias pasadas para evitar el sobrecalentamiento y el desgaste excesivo de la hoja.

Evita forzar la sierra, ya que esto puede dañar tanto la hoja como la piedra.

Paso 5. Realiza el mantenimiento de la sierra de diamante

Limpia la hoja y la sierra para eliminar cualquier residuo indeseado que pueda haberse acumulado durante el corte.

Revisa la hoja en busca de signos de desgaste o daño, como astillas o pérdida de segmentos, y reemplázala si es necesario.

Almacena la sierra en un lugar seco y seguro para evitar la corrosión y otros daños, asegurando que esté lista para su próximo uso.